Muy poca gente sabe que estoy en un proceso de In Vitro. Algunos amigos y familiares nada más. Y la verdad es que es algo que por un lado quiero hacerlo y por otro no. Y voy a intentar explicar por qué.

El poder comunicarlo a veces me ayuda porque necesito hablar de ello, poder expresar cómo me siento. Pero luego viene la segunda parte: todo el mundo dándote su puñetera opinión y diciéndote lo que tienes que hacer, que tienes que estar tranquila y la mierda de «tú no te estreses, que el estrés es muy malo para esto». Hasta el moño estoy de oír esa puñeterita frase.

Hace poco una persona de la familia me mandó un mensaje preguntándome sobre el proceso, era la segunda o tercera vez que me preguntaba. Y ahí la paré. Le respondí que hablaría sobre el proceso cuando yo quisiera y que agradecía que no me volviera a preguntar. Que cuando yo quisiera hablar de ello, ya lo haría.

En otra ocasión, cuando se lo comuniqué a otra persona de mi familia su respuesta automática después de decirle que «había tomado esta decisión» fue «¿Y no te esperarías un poco?». Puse un límite directamente. Le respondí que si creía que esa era la mejor respuesta que podía decir después de indicarle que ya lo había decidido. Y que no, no veía esperar. Que un año y pico ya me parecía suficiente. No di lugar a seguir hablando del tema.

Por este tipo de conductas es lo que me lleva a callarme la boca. Y me toca las narices.

A veces me he planteado comunicarlo en redes sociales. No por comunicarlo sin más, sino porque creo que la mayoría de mujeres no hablamos de ello e incluso nos aconsejan que no lo hagamos, que lo llevemos de forma oculta. ¿Por qué? ¿Por qué puñetas tenemos que ocultarnos? Yo no creo que tenga que ocultarme sino poner límites a mi entorno y decirles claramente que es mi decisión querer hablar de ello o no. Y que no tengo porque escuchar sus consejos y comentarios si no quiero hacerlo.

Hay también un tema con el tema laboral. A día de hoy la maternidad y la paternidad duran exactamente lo mismo. Ya no está el tema de que si contratas a una mujer se va a ir más tiempo por permiso. Pero todavía está esa sensación de que es mejor contratar a un hombre por si la mujer se queda embarazada.

Yo trabajo en RRHH y me toca las narices ese tipo de actuaciones cuando las he oído o cuando me llegan historias. Donde yo trabajo no hacemos algo así, porque es que además de no ser ético es ilegal. Pero sigue estando ese miedo de poder comentar cualquier cosa sobre la maternidad o fertilidad.

Hay dos razones principales por las que yo no he comunicado nada en redes: una es por el tema laboral, no me apetece que la gente lo sepa. Pero la razón principal es que no quiero que la gente me hable sobre ello si yo no quiero.

Y el hecho de decirlo públicamente puede hacer que haya gente en el trabajo que me pregunte sobre ello o que crea que tiene el derecho de meterse en mi vida privada por el simple hecho de que lo sepa. Y también habrá personas en redes o personas que me quieran hablar sobre ello en mensajes o por donde sea y yo no estoy dispuesta a escuchar o a conversar sobre ello si no quiero hacerlo.

Puede parecer completamente borde y habrá quién piense «pues si no quieres oír nada, pues no digas nada». Que imagino que es la razón por la que siempre está el consejo de que lo lleves en secreto. Y yo no estoy de acuerdo. Yo no tengo porqué ocultarme. Por supuesto que tengo derecho a rechazar una conversación o a rechazar escuchar consejos u opiniones que no he solicitado. ¡Faltaría más!

Pareceré lo borde que quieras, pero claro que estoy en mi derecho. Comunicarlo no te da derecho a decirme lo que te venga en gana. O sí, pero yo puedo girarme y empezar a caminar en otra dirección.